25.1.09

El Periódico de Catalunya - Análisis de la portada del 25/01/2009

En la portada del 25 de enero de 2009 del diario El Periódico de Catalunya, el lector pudo observar bajo el titular “Vendaval tràgic” la imagen de cuatro niños que habían fallecido el día anterior por el hundimiento de un pabellón de juego a causa del viento. Las fotografías, de tamaño carnet y en las que se veía a los niños con atuendos propios del juego que practicaban (gorra, casco,...), coronaban la imagen principal del día que mostraba los escombros de la zona del incidente y algunos elementos que recordaban la presencia de los menores y del deporte en el lugar: una gorra, una pelota, un bate de béisbol...



Pese a ser un hecho dramático y cercano (ocurrió en Sant Boi), no es el tema que trata lo que supone un problema ético para la redacción del diario, sino la inclusión de las fotografías de los niños en la portada (y/o en el interior) de la publicación. La pregunta que surge es si la presencia de estas imágenes cumple con el principio periodístico de informar sin atentar contra otros derechos de protección a la imagen de un menor. Es decir, ¿el periódico podría haber dado la información y haber hecho trascender la conmoción social del accidente sin utilizar unas fotografías que, objetivamente, no ofrecen al lector más datos para entender lo ocurrido?

Para analizar el caso he recurrido, en primer lugar, al Estatuto de Redacción de El Periódico de Catalunya, que deja bastante clara la posición del diario en lo que se refiere a estos temas:

Los principios generales que rigen estas relaciones son los que se derivan de la Constitución Española, el Estatut de Catalunya, el proyecto de Código de Honor Profesional de la ONU, la Declaración de Derechos y Deberes de los periodistas de la CE y el Código Deontológico del Col•legi de Periodistes de Catalunya.

II. DERECHOS Y DEBERES PROFESIONALES
6) Se respetará la intimidad de las personas, sobre todo en casos que generan situaciones de aflicción, evitando la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos y circunstancias, especialmente cuando las personas afectadas expliciten su oposición.
8) Habrá un especial cuidado en el tratamiento de las informaciones que afectan a menores, evitando difundir su identidad cuando aparezcan como protagonistas de cualquier causa criminal, ya sean víctimas, testigos o inculpados de las mismas, sobre todo en asuntos de trascendencia social, como es el caso de los delitos sexuales.

Siguiendo el orden de los códigos deontológicos a consultar, incluyo también el artículo correspondiente del Col•legi de Periodistes de Catalunya que, de alguna manera, ya quedaba reflejado en el Estatuto de El Periódico:

11) Tractar amb especial cura tota informació que afecti a menors, evitant difondre la seva identificació quan apareixen com a víctimes (excepte en supòsit d'homicidi), testimonis o inculpats en causes criminals, sobretot en assumptes d'especial transcendència social, com és el cas dels delictes sexuals. També s'evitarà identificar contra la seva voluntat les persones pròximes o parents innocents d'acusats o convictes en procediments penals.

Por último, he consultado El Código Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), que recoge unos principios similares en cuanto a la protección a la imagen del menor y más cuando son referidos a situaciones de tragedia:

4) Sin perjuicio de proteger el derecho de los ciudadanos a estar informados, el periodista respetará el derecho de las personas a su propia intimidad e imagen, teniendo presente que:
b) En el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos y circunstancias.
d) Se prestará especial atención al tratamiento de asuntos que afecten a la infancia y a la juventud y se respetará el derecho a la intimidad de los menores.

6) Los criterios indicados en los dos principios anteriores se aplicarán con extremo rigor cuando la información pueda afectar a menores de edad. En particular, el periodista deberá abstenerse de entrevistar, fotografiar o grabar a los menores de edad sobre temas relacionados con actividades delictivas o enmarcables en el ámbito de la privacidad.

Desde mi punto de vista, la respuesta es clara: el diario no necesitaba el apoyo gráfico específico de los niños para dar la noticia. Creo que El Periódico optó por incluir las imágenes por la cercanía de las muertes a sus lectores. Aunque las fotos hubieran aparecido sólo en el interior del diario, la decisión seguiría entrando en conflicto con los derechos del menor, pero no habría sido una acción tan flagrante.

Además, debido a las características de las fotografías, resulta fácil imaginar que pertenecen al registro del pabellón de béisbol. El equipo podría ser el que difundió estas imágenes de las fichas de los jugadores. Si así fuera, ya que en todo registro (público o privado) la información es confidencial (la fotografía es considerada dato por la Agencia Española de Protección de Datos), se cometería una falta no sólo en términos éticos, sino que también se podría estar incurriendo en un delito de difusión de material privado.

Por último, sería conveniente saber si se solicitó permiso para la publicación de estas imágenes a los padres de los fallecidos. Sin embargo, aunque así fuera, cosa que dudo, se estaría igualmente atentando contra la intimidad de los menores.

Para futuros casos de este tipo, yo recomendaría que no se incluyera ninguna imagen de un menor (vivo o muerto). De ser necesario, por algún tema relacionado con la comprensión de la información, creo que sería conveniente o bien pixelar la zona de los ojos o bien colocar una franja negra sobre los mismos, para dificultar la identificación del mismo y salvaguardar su derecho a la propia imagen. También añadiría una puntualización en el Estatuto de Redacción de El Periódico (punto 8) cuando dice:

8) Habrá un especial cuidado en el tratamiento de las informaciones que afectan a menores, evitando difundir su identidad cuando aparezcan como protagonistas de cualquier causa criminal o accdiente, ya sean víctimas, testigos o inculpados de las mismas, sobre todo en asuntos de trascendencia social, como es el caso de los delitos sexuales.

De esta manera, no sólo cuando el menor forme parte, en algún sentido, de una causa criminal, sino también cuando sea víctima o testigo de un accidente, deberá quedar clara la posición del diario: no difundir su imagen.

24.1.09

¿Pepegueit?

Tras el sumario, organizado por orden de importancia (se supone), el telespectador piensa que la primera noticia que le explicarán en el informativo es la de máxima relevancia del día. Al menos así se lo han hecho saber en la enumeración inicial. Sin embargo, sin un motivo aparente, Cristina Villanueva introduce un "pequeño" cambio: la primera noticia no va a ser la de los efectos del temporal de viento que ha provocado, entre otras cosas, la muerte de cuatro niños en Sant Boi (Barcelona). En su lugar, y con una gran sonrisa, la periodista anuncia el encuentro entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón.

Detrás de su figura aparece un letrero en el que se puede leer PP-Gate (tal paralelismo sólo se puede establecer si no se ha leído sobre el caso) y se ven unos dibujos sacados de los créditos de la película de Steven Spilverg "Catch Me If You Can" ("Atrápame si puedes", 2002), entre los que está la silueta de un policía (representado por Tom Hanks) y que ellos pretenden que sea la de un espía (porque es lo que les encaja con la historia que están contando), y de los que sería interesante saber si han pagado los derechos de imagen.

El tono de Villanueva, entre jocoso y divertido, no se entiende en ningún caso, y sus palabras más bien parecen referirse a una fiesta o a una entrega de premios que a una noticia de política: "Hoy, todo han sido abrazos camaleónicos, sonrisas entre dientes, y aparente buen rollito en las filas del PP madrileño".


Luego, en el desarrollo de la información, no explican más que de pasada cuál era el motivo de ese Primer Foro Abierto del Partido Popular, que aunque pueda considerarse de poco interés, es la verdadera excusa en la que se asienta la noticia. Sin embargo, todo se resume al puro cotilleo sobre si Aguirre y Gallardón sen han dado un par de besos.

No contentos con ello, la segunda noticia sigue sin ser la de las consecuencias del vendaval sino que, enganchando con la información del PP en la que aparecen miembros de Facebook que se han juntado en ese foro abierto con el presidente del PP, Mariano Rajoy, continúan hablando de los datos que aparecen en las redes sociales por Internet. Todo un alarde de coherencia informativa.

13.1.09

La Vanguardia – Análisis de la portada del 11/12/2008

En la portada del 11 de diciembre de 2008 del diario La Vanguardia el lector puede observar, a todo color y en la mitad derecha de la portada, la fotografía de Hannah Jones, una niña británica de 13 años que, debido a la decisión de rechazar un transplante de corazón, ha abierto una polémica en torno a la autonomía de un menor de edad para decidir sobre su salud y su futuro. Sin embargo, no es el tema que trata lo que supone un problema ético para la redacción del diario, sino la inclusión de la fotografía de la niña, de hecho, una imagen preparada en su cuarto, en la portada de la publicación. La pregunta que surge es si aquella foto cumple con el principio periodístico de informar sin atentar con otros derechos de protección a la imagen de un menor. Es decir, ¿el periódico podría haber dado la información y haber abierto igualmente el debate de fondo sin utilizar una imagen que, objetivamente, no ofrece al lector más datos para analizar el caso?

Desde mi punto de vista la respuesta es clara: el diario no necesitaba el apoyo gráfico para dar la noticia y plantear un debate social tan polémico como el de este caso. Sin embargo, considero que La Vanguardia optó por incluir la imagen como reclamo para sus lectores. Ofrece ese punto de morbo (pese a que la foto no refleja más que a una niña sentada sobre la cama de su habitación, el lector pensará que está observando al futuro cadáver de una niña) con el que se intenta enganchar al público. Pese a que este diario no se caracteriza por su sensacionalismo, lo cierto es que en este caso pecó de amarillista y optó por dar una imagen de una niña de 13 años, posando para la publicación, porque era un elemento de peso en la portada.

Si esta imagen la hubieran utilizado sólo en el interior del diario, seguiría entrando en conflicto con los derechos del menor, pero no habría sido una acción tan flagrante.

Según el código deontológico del periodista que aparece en el wikipedia [http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3digo_deontol%C3%B3gico_del_periodista] hay una serie de principios a la hora de encarar una noticia:

• El respeto a la verdad.
• Estar abierto a la investigación de los hechos.
• Perseguir la objetividad aunque se sepa inaccesible.
• Contrastar los datos con cuantas fuentes periodísticas sean precisas.
• Diferenciar con claridad entre información y opinión.
• Enfrentar, cuando existan, las versiones sobre un hecho.
• Respeto a la presunción de inocencia.
• Rectificación de las informaciones erróneas.

No es que la fotografía de la niña falte a alguno de estos principios, ya que no es una imagen retocada (aunque sea preparada), es decir que respeta “la verdad”. Sin embargo, habría que saber si a través de ella es más fácil acercarse a la noticia o si su visión posiciona al lector de alguna manera “no informativa”.

Si La Vanguardia tiene una posición conservadora con respecto a este tema (el hecho de que un menor decida por su vida entra en conflicto con sus ideas, leyendo el editorial de ese día), y considera que la niña de 13 años es demasiado pequeña para tomar determinadas decisiones, la foto “apoyará” en cierto sentido su tesis, ya que la imagen es de una adolescente de aspecto infantil (parece más pequeña de la edad que tiene) y desvalido que “debe ser protegida”. Posiblemente, la inclusión de la fotografía logra un doble propósito: funciona como reclamo de portada (le pone cara y ojos a una noticia de otro país, con el morbo que implica que sea una menor la que cuestiona las leyes), y acerca al lector a una postura más conservadora (“una niña pequeña no debería tener potestad para decidir algo así”).