22.4.08

Órdago a chica

Como buena jugadora de cartas que afirma ser, Esperanza Aguirre debería recordar la sabiduría del refranero popular: “Jugador de chica, perdedor de Mus”, clásica sentencia lanzada tras no aceptar un envite a chica del contrario, recordándole que asegurando la grande, los pares y el juego, nuestra reconocida bondad y educación nos permite regalarle un tanto que de poco o nada va a servirle. Y es que la Presidenta de la Comunidad de Madrid no termina de decidirse a echar un órdago a grande y lanzar su propia candidatura en el Congreso del PP de junio. Sigue jugando al despropósito y al “pudiera ser”, y eso es tan arriesgado que puede conseguir que se rompa la baraja, que a lo mejor es lo que quiere.

El que debería ser su pareja en esta partida, el Alcalde de la Comunidad que ella preside, no está por la labor de seguirle ninguna de sus señas. Y, mientras tanto, los observadores externos siguen interceptando los guiños, los levantamientos de cejas y los morritos, que tanta información codificada transmiten. Y los ponen en conocimiento de Rajoy interpretándolos simultaneamente, no vaya a ser que se equivoque.

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